Este post me apetecía hacerlo de manera reflexiva, sin hablar tanto de trámites, y desde el punto de vista psicológico que yo pasé.
Ojo, no tiene que ser igual para todas las personas, pero al fin y al cabo somos seres humanos, no máquinas.
Y es normal que te supere el tema de emigrar, de estudiar, ya no en Canadá, en cualquier lado. Pero es verdad que hay países en los que se hace más difícil y cuesta arriba la burocracia, las esperas, requisitos…y sí, para mi Canadá es uno de ellos.
Para mi, España es pura burocracia también, pero en cuanto a requisitos para estudiar, si eres hispanohablante, ya tienes bastante ganado. Porque Canadá, con sus dos leguas, no ayuda a la hora de los trámites.
Esto no es para desanimarte, ni mucho menos, es para que sepas que si estas pensando en emigrar a Canadá, o si ya estás en el proceso, es normal que a veces todo te supere anímicamente.
Porque hay momentos que quieres tirar la toalla, días que te parece tan complicado, que te replanteas el destino. Y sobre todo ¿Y si tanto esfuerzo para emigrar a Canadá no merece la pena? o directamente ¿Sigue mereciendo la pena emigrar?
Esto ya es cuestión personal tuya, pero realmente yo soy de seguir adelante, eso sí, a veces con pausas. Si un día te saturas, no tomes decisiones precipitadas, al final la vida es dura, en todos los sentidos.
Y es mejor equivocarse que nunca saber qué habría podido ser; eso nadie podrá arrebatártelo. Conseguir los objetivos más grandes en la vida es lo que nos engrandece.
Todas las ideas intrusivas de abandonar, es porque al final, es más fácil vivir en la zona de confort, lo conocido, lo que no requiere un esfuerzo. Y Canadá requiere esfuerzo, mucho.
Te invito a pensar sobre ello y a luchar por tus sueños, y sí a agobiarte libremente y a saber que eso son rachas pasajeras.
¡Te deseo fuerza y mucho ánimo!