Supervivencia al invierno canadiense

Algo que me daba bastante miedo era el invierno canadiense. Literalmente, tenía pánico al frío.

Vengo de un país donde hace bastante calor, y los inviernos no son muy fríos. Al leer sobre el invierno canadiense, con temperaturas bajo cero, sabía que sería un gran desafío.

La buena noticia es que las estaciones aquí están muy marcadas y son realmente bonitas. Tanto el invierno como la primavera, el verano y el otoño se disfrutan mucho. Cada estación tiene un colorido único, y la vegetación es maravillosa.

Los veranos son bastante soportables comparados con mi país, donde el calor sofocante a veces no te deja respirar. Por otro lado, el otoño es mágico. Los árboles cambian de color de una manera espectacular, y las tonalidades de amarillo, naranja y rojo parecen sacadas de un cuento. Dar un paseo por los parques o bosques en esta época es una experiencia que recomiendo a todo el mundo.

Debo confesar que me he vuelto fanática del invierno, algo que jamás pensé que ocurriría. Este año estaba esperando con ansias que cayeran los primeros copos de nieve. ¡No puedo creer que esté diciendo esto, pero es verdad!

Os juro que no me paga el gobierno canadiense para decir estas cosas, pero realmente lo siento así.

Llegué con un miedo casi aterrador al frío, y he terminado saliendo todos los días de invierno a caminar sobre la nieve. Aunque los días son más cortos, he aprendido a disfrutar la calma que trae esta estación. Las calles cubiertas de nieve tienen algo especial, como si todo se ralentizara para invitarte a tomarte las cosas con más tranquilidad.

Mi recomendación es comprar la ropa de abrigo directamente aquí, porque la ropa de nuestros países, aunque esté diseñada para el frío, suele ser para un frío más suave. Aquí voy vestida «como una cebolla», con una capa tras otra. Es cierto, cuando me muevo me siento como un muñeco de nieve, pero funciona.

También he descubierto que en invierno no todo se trata de soportar el frío; hay una gran cantidad de actividades que lo hacen divertido. Además del cross-country skiing, que espero practicar este año, he probado el patinaje sobre hielo en los parques de la ciudad. Muchos de ellos tienen pistas naturales, y es una experiencia única deslizarte al aire libre rodeada de paisajes invernales.

Otra actividad que he disfrutado es construir muñecos de nieve y, aunque suene infantil, es algo que trae alegría y conecta con la niñez. Ver la sonrisa en los rostros de niños y adultos mientras trabajan juntos es algo muy especial.

Algo que también me sorprendió fue la tradición de los mercados navideños. Son pequeños pero acogedores, y te permiten disfrutar de la comida típica, comprar regalos artesanales o simplemente calentarte con un delicioso chocolate caliente o sidra de manzana. La atmósfera es mágica, especialmente por la noche, con todas las luces y decoraciones.

Este año me iniciaré en el cross-country skiing. Al parecer, hay bastantes lugares donde se puede practicar sin tener que ir a montañas específicas. Es un deporte bastante popular en mi zona, Montreal. El año pasado no nevó lo suficiente para practicarlo, pero este año sí.

Es una excelente manera de disfrutar el invierno y conectar con la estación. También puedes probar correr en la nieve; yo lo he hecho varias veces, siempre que el camino no esté congelado. Es otro deporte que vale la pena intentar.

Y si prefieres algo más relajado, también puedes disfrutar de las vistas invernales desde casa, con una taza de té caliente y un buen libro. Los días de tormenta tienen un encanto particular cuando estás arropada, viendo la nieve caer por la ventana.

En definitiva, no te asustes: sobrevivirás y, además, lo disfrutarás. Durante el invierno hay muchas actividades que se disfrutan muchísimo, ya sea en familia o a solas. Aprovecha para explorar nuevas tradiciones, aprender algo diferente y, sobre todo, valorar la belleza de esta estación.

Es una estación más del año, y ahora la recibo con los brazos abiertos.

¡Te deseo un feliz día!

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