Una vez tomada la decisión de a qué provincia quería ir, arrancamos con la búsqueda de ciudad, aunque tampoco lo tenía tan dificil, ya que teniendo claro lo que quería de mi destino, solo había que compararlo.
Empecé por Quebec city, porque siempre tengo la fijación de las capitales, además del atractivo que tiene.
Sus calles me recordaban muchisimo a las ciudades europeas, en Navidad tiene un ambiente de ensueño, y en verano se llena de turistas también.
Tenia bastantes requisitos que yo estaba buscando, porque era una ciudad con movimiento, con muchos servicios.
Pero investigando, llegué hasta Montreal, era una ciudad grande, que tenía muchas posibilidades también.
Ambas ciudades tiene acceso a la Naturaleza, de manera fácil, y además yo tenía pensado comprarme un coche, para poder salir de escapada los fines de semana por los alrededores.
Los paisajes dentro y alrededor de ambas ciudades caracterizan perfectamente la belleza natural del este de Canadá: vastos bosques cubiertos de musgo, cascadas y lagos tranquilos. Desde la ciudad de Quebec, un hermoso viaje a orillas del río me llevará al corazón de las Montañas Laurentianas, donde se puede disfrutar de caminatas y observar animales, nadar y andar en canoa en lagos tranquilos o simplemente relajarse. Montreal está rodeada por una gran variedad de parques nacionales a los que se puede llegar en una hora, que ofrecen paisajes espectaculares y senderos bien señalizados, que me vienen genial para ir con mi perro (y que él también disfrute de Canadá).
En cuanto a servicios y ocio, Quebec city está llena de tiendas de recuerdos, encantadores restaurantes tradicionales y casas de piedra con contraventanas de colores; la avenida Petit-Champlain (en el corazón del Viejo Quebec) suele ser coronada como la calle más hermosa de Canadá. A pesar de ser mucho más grandes y más urbanas, algunas áreas de Montreal han conservado cierto encanto del viejo mundo, específicamente el Viejo Montreal, un vecindario con magníficos bulevares que conservan también su atractivo europeo.
La decisión era complicada, porque ambas ciudades me gustaban bastante, entonces decidí investigar más el tema de los idiomas, en principio eran ambas bilingues, pero en Montréal se habla un poco más de inglés que en Quebec city. Como ya comenté anteriormente, Montréal es mucho más multicultural.
Con esto, no quiero decir que en Quebec city no se hable inglés, sino que Monréal al ser destino de miles de universitarios de todo el mundo y de trabajadores profesionales, era más propenso al bilinguismo, porque lo que yo no quería era solamente francés ni solamente inglés, yo quería una experiencia bilingüe.
Pues sí, estaba decidido, Montréal, el destino elegido.